Vaya que resulta complejo definir una postura ante esta situación, porque por un lado está la periodista que realiza una ardua labor previa, durante y posterior a la entrevista para que al final se obtenga un trabajo de calidad, pero del otro lado nos encontramos con la entrevistada que, de inicio, acepta la entrevista, pero luego llega el arrepentimiento… ¿válido o no válido? Totalmente válido.
En mi opinión, al momento de realizar una entrevista informativa, un periodista tiene la función de desarrollar una ‘conversación’ con el entrevistado encaminada a saber ciertas cuestiones, y en el caso de una entrevista-perfil, para conocer más a fondo la personalidad del individuo.
En ambos tipos de entrevistas es necesaria, obligatoria, indispensable, imprescindible la autorización previa del entrevistado antes de que salga a la luz el material; y en el caso de Montserrat Neira, al mandar el correo aclarando que ya no quería salir en prensa –aunque al parecer no se explicara tan explícitamente- los encargados de la edición debieron haber aclarado su duda con ella y haber respetado su decisión o cambiar el tipo de publicación de tal forma que no fuera una entrevista-perfil.
En el caso de las imágenes tomadas de internet, es cuestión del sitio o perfil, si este es cerrado o abierto totalemente, aunque creo que cada quien es conciente de la falta de reglamentación en internet y responsable de su decisión de subir cosas personales a la web.
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