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jueves, 7 de octubre de 2010

No todo está perdido...

"Hay que unirse, no para estar juntos, sino para hacer algo juntos"
-Juan Donoso Cortés-


Hoy escuché una noticia que atrajo mi atención, no porque hubiera habido muchos muertos, o porque hubiese ocurrido en mi ciudad o colonia…a continuación les contaré por qué me impactó, por qué la comparto con ustedes.

Hoy en la delegación Nezahualcóyotl se suscitó un incendio dentro de una bodega donde se almacenaban colchones, metales viejos, y madera. Conforme dicta la lógica, al lugar arribaron los bomberos y empezaron a lidiar con las llamas; todo seguía su curso “normal” dentro de lo que cabe, cuando los bomberos vieron que el siniestro los estaba superando con claridad, quizá porque la cantidad de agua resultó insuficiente o el número de bomberos presentes no eran los necesarios. Mientras tanto, el fuego seguía con vida, seguía consumiendo.

Pero siempre hay un factor sorpresa, algo que no está en los planes: vecinos de la colonia junto con los mismos habitantes de la misma, empezaron a llenar baldes con agua y sacaron mangueras de las casas aledañas a la bodega en llamas para ayudar al cuerpo de bomberos a sofocar el incendio. Al final, entre todos lograron el cometido.

El incendio no es lo interesante, no es lo sorpresivo. El hecho de que el limitado y poco equipado cuerpo de bomberos se haya visto superado por el desastre no es novedad. Y el tema de la escasez de agua es más que común. Lo que resulta cautivador de esta noticia fue lo que desencadenó en las personas el incendio, cómo los orilló a trabajar como las hormigas: como una comunidad, como un equipo.

Ante este hecho, no cabe duda que seguimos teniendo un lado solidario, una vocación humana, a pesar de que cada día al salir a las calles pareciera lo contrario: padres abandonando hijos e hijos abandonando padres, personas matando personas, gente derrochando dinero en banalidades y gente muriendo de hambre. Parece una pesadilla, pero vivimos esa realidad.

Por esto, cuando uno ve o escucha noticias como la del incendio en Nezahualcóyotl no puede hacer más que ponerse feliz y revivir esas esperanzas de que todavía hay humanos habitando este planeta…que a pesar de todo nos podemos ayudar como hermanos.